Ficha técnica Título original: My Mortal Enemy Autora: Willa Cather País: Estados Unidos Idioma: Inglés Traductora: Gemma Moral Bartolomé Fecha edición original: 1926 Fecha edición traducción: 2012 ISBN 13: 978-84-8428-743-8 Núm. Páginas: 128 Editorial: Alba Género: Grandes clásicos | Novela Corta Sinopsis: Willa Cather construye en Mi enemigo mortal una espléndida nouvelle sobre la ambición y el desencanto. Trabajada exquisitamente sobre el punto de vista, la concentración narrativa y un sentido del pathos excepcional, esta parábola rica y profunda es un perfecto ejemplo del estilo de una de las narradoras más importantes de la literatura norteamericana de principios de siglo.
Reseña
Mi principal interés en publicar una reseña sobre esta novela de Willa Cather se centra en dar a conocer, a quien no lo conozca, un maravilloso trabajo del cual he traducido un pequeño fragmento más que en poner por escrito mis impresiones acerca de ella, porque creo que muy poco puedo decir yo que no se halle contenido de una u otra manera en las líneas que he seleccionado.
Hattie McClure
Posiblemente lo más importante de identificar a los Henshawes con los McClures es que nos permite identificar a la misma Cather con Nellie Birdseye de forma más concluyente. Nellie y Cather, ambas del medio oeste, espectadoras y transmisoras, experimentan cuatro etapas distintas en sus relaciones con los Henshawes y con los McClures (especialmente con S. S.), respectivamente: idealización, desilusión, compasión y entendimiento. A su vez, la notable similitud entre Cather y Nellie en el desarrollo de las relaciones con estas parejas incita a la reconsideración del significado de la novela y su lugar en la carrera y en la vida de Cather. Mi enemigo mortal, creo, fue un intento de Cather de ocuparse de ciertos aspectos de su pasado para seguir adelante en un mundo desnudado de ilusión romántica, aceptando a las personas y los lugares que habitó por lo que realmente fueron en lugar de por la idealización que de ellos tenía. El «enemigo mortal» de Cather no fue tanto S. S. McClure en sí sino más bien lo que él representaba: un ídolo de su pasado. Para progresar artísticamente y personalmente, Cather necesitó entender por completo y llegar a un acuerdo con el McClure «verdadero»; Mi enemigo mortal es producto de ese proceso.