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Ficha técnica 
Título original: Der leidende Mensch. Anthropologische Grundlagen der Psychotherapie
Autor: Viktor E. Frankl
País: Alemania
Idioma: Alemán
Traductor:  Desconocido
Fecha edición original: 1975
Fecha traducción: 2011
ISBN 13: 978-84-254-2819-7
Núm. Páginas: 320
Editorial: Herder
Género: Ensayo | Divulgación

Reseña
Ha sido un verdadero problema para mí valorar este libro básicamente por dos razones, principalmente por la segunda de ellas: la primera es que sólo una tercera parte, aproximadamente, ha sido capaz de captar mi total atención y mantener mi interés, pero de eso muchas veces no es responsable el libro sino el lector; la segunda es que el autor hace algunas afirmaciones que a mí me parecen ofensivas. Pero tengo que dejar clara una cosa, aunque en conciencia no pueda valorarlo como me hubiera gustado hacerlo, considero que es una lectura de esas que nadie se debería perder, porque hay algunas ideas tan magníficas en estas trescientas veinte páginas... Al margen de lo anterior, el campo de la logoterapia es tremendamente interesante y merecería ser tan conocido como lo son las teorías de Adler y de Freud, porque ¿de qué sirve el placer de Freud o los complejos de Adler si no existe un sentido? 
... el que juzga o condena a alguien por lo que ha recibido en lo biológico (herencia, también, nacionalidad), en lo psicológico, (educación y formación) y en lo sociológico (hechos sociales y económicos), y no por lo que ha hecho con esos elementos, comete una injusticia con él...
Un punto importante de esta lectura es el concepto de catarsis, ¿realmente es posible la catarsis? Y no me refiero a la utilización de esta técnica por parte de Freud en el psicoanálisis, mediante la cual se desbloquean los recuerdos reprimidos, sino al concepto primigenio, el de Aristóteles. Imaginemos a un asesino en potencia sentado cómodamente en un sofá en el salón de su casa y preparado para ver una película, imaginemos un poco más, el argumento de la película es la historia de un asesino que comete un crimen y es encarcelado de por vida, ¿decidirá el asesino en potencia cambiar sus planes y no cometer el crimen que tenía en mente porque no quiere que le suceda a él lo mismo que le sucede a asesino de ficción? Difícil. Pensemos que si esto fuera cierto las cárceles están llenas de ejemplos, hay miles de personas que han cometido los más diversos crímenes, y no es ficción sino realidad, ¿no debería ser esto suficiente elemento de catarsis?
No parece, pues, que se pueda seguir defendiendo la teoría de la catarsis, una doctrina derivada de Aristóteles, según la cual la representación escénica de la violencia induce a los espectadores a disminuir sus tendencias agresivas.>
Vamos al lado contrario, Frankl utiliza el experimento que describiré a continuación como ejemplo de profilaxis, yo lo voy a utilizar como un ejemplo de la otra cara de la catarsis. En un catón de Suiza los medios de comunicación locales llegaron al acuerdo de no mencionar el suicidio durante un año, en ese plazo de tiempo la tasa de suicidio disminuyó un 10%. ¿Si la catarsis funcionara de forma general, lo lógico en este experimento no sería que la tasa de suicidio hubiera aumentado al no tener los suicidas este medio de catarsis? Es un tema complejo éste, pero yo creo que los medios de comunicación más que catarsis lo que provocan es incitación, y el experimento lo demuestra.
De ese modo, en la línea del aprendizaje más eficaz, que es el «aprendizaje mediante modelo», el sufrimiento de un homo patiens puede beneficiar a otro, poniendo en marcha un reciclaje existencial.
Así, pues, Frankl rechaza el concepto de catarsis en cuanto a que, por ejemplo, ver violencia pueda disminuir las emociones violentas, pero acepta que se puede aprender a través de la experiencia de otro, que es algo que yo considero inherente a la catarsis, porque tal y como yo la entiendo su base es el ejemplo.
No quiero alargarme demasiado, a pesar de que hay muchas cosas que me gustaría comentar y analizar, así que quiero hacer un pequeño comentario y terminar con unas palabras de Frankl sobre el tema central del libro: la búsqueda de sentido.


Frankl postula que las personas necesitan encontrarle un sentido a su vida, lo contrario provoca un vacío existencial que puede derivar hacia múltiples enfermedades, dependencias, crímenes, etc., e incluso conducir a la muerte. 
Hay por decirlo así, tres pistas principales para encontrar el sentido: primero, realizando una acción o creando una obra; segundo, contactando con algo, sea naturaleza o arte; quiero decir, con algo o con alguien; y tomar contacto con alguien hasta el fondo de su ser único y singular significa amarle. En otros términos: el sentido se puede encontrar tanto por la vía regia activa como por la vía regia contemplativa. Y, finalmente, se deduce que no sólo podemos encontrar el sentido, por decirlo así, en el trabajo y en el amor, sino también cuando somos víctimas impotentes de una situación desesperada, una situación que no podemos cambiar, en la que sólo podemos modificar nuestra propia actitud, cambiándonos a nosotros mismos, madurando, creciendo, trascendiéndonos y dando así testimonio de la facultad más humana del hombre: la de transmutar una tragedia personal en un triunfo.
Tanto si habéis encontrado ya el sentido de vuestra vida como si no, leed a Frankl, no os arrepentiréis de hacerlo.

Valoración